ATENCION: Este sitio solo tiene carácter informativo. Si cree tener algún síntoma que aquí se presenta, no dude primero en consultar a su médico.

Epidemiología:
               
El cáncer de esófago ocupa el 1-2 por ciento de los tumores y, dentro de los del sistema digestivo, el 7 por ciento. Existen diferentes zonas geográficas donde se incrementa la incidencia, como determinadas provincias de China, Rusia e Irán. En Europa los países con mayor prevalencia de cáncer de esófago son: Francia, Suiza, Finlandia e Islandia.
Es más frecuente en varones y suele diagnosticarse entre la sexta y séptima década de la vida, aunque puede aparecer a cualquier edad.
La incidencia de cáncer del esófago ha aumentado durante las últimas décadas, coincidiendo con un cambio en la tipología histológica y la ubicación del tumor primario. Hoy en día, en los Estados Unidos y Europa Occidental, el adenocarcinoma del esófago se presenta con mayor frecuencia que el carcinoma de células escamosas; la mayoría de los tumores se presentan en el esófago distal.

Área anatómica:

El esófago es el tubo hueco, muscular por el cual se transportan los alimentos y los líquidos desde la garganta al estómago. Entre el esófago y el estomago existe una especie de anillo llamado esfínter esofágico inferior, cuya función es impedir que el contenido del estomago pase al esófago y para lo cual se mantiene cerrado, salvo durante la ingesta que se abre para dejar pasar la comida y líquidos.
 La pared del esófago comprende varias capas de tejido, incluidos membrana mucosa (cubierta de células escamosas), músculo y tejido conjuntivo. El cáncer del esófago comienza en el recubrimiento interior del esófago (mucosa) y se disemina hacia afuera a las otras capas a medida que crece.
El esófago puede dividirse esquemáticamente en tres porciones o tercios: porción o tercio superior, porción o tercio medio y porción o tercio inferior. Estos es útil para entender el sitio de localización de los tumores y las áreas a las que puede invadir y que órganos vecinos puede comprometer.

Que es:

Nuestro organismo está constituido por tejidos y estos a su vez por un conjunto de células, que se dividen de forma regular con el fin de reemplazar a las ya envejecidas o muertas y mantener así la integridad y el correcto funcionamiento. Cuando se alteran los mecanismos que controlan el crecimiento de las células, estas pueden comenzar a crecer descontroladamente y volverse anómalas (de características no normales).
El cáncer de Esófago es aquella masa (de células) que se origina del crecimiento descontrolado de las células que conforman alguno de los tejidos esofágicos(epitelial, muscular, etc.). Según este tipo de tejido, será el tipo de cáncer que se producirá (véase tipos de cáncer).
Estas células además de crecer sin control pueden adquirir la facultad de invadir tejidos y órganos de alrededor (infiltración), y de diseminarse y proliferar en otras partes del organismo (metástasis).
La diseminación puede hacerse a partir de los vasos linfáticos, que llevaran las células cancerosas a los ganglios linfáticos de diferentes regiones, dependiendo del área donde se origino el tumor. Así los tumores de tercio superior drenaran a los ganglios del cuello, a nivel supraclavicular (por encima de las clavículas), en cadenas ganglionares del mediastino (zona anatómica situada entre los dos pulmones, donde se encuentran estructuras tan importantes como el corazón, la tráquea, el esófago, y los grandes vasos). Los tumores del tercio medio e inferior drenan, preferiblemente, a ganglios localizados a lo largo de todo el mediastino, así como a los gástricos y hepáticos.
Asimismo, la diseminación puede hacerse a través de los vasos sanguíneos y desde allí llegar a cualquier órgano, aunque preferentemente estos tumores tienden a dar metástasis en el hígado y en los pulmones.
La mayoría de los cánceres de esófago ocurren en su tercio inferior y en la zona de unión con el estómago (unión gastro-esofágica). Menos frecuentemente aparece en las porciones altas del conducto.

Tipos de Cáncer de Esófago:
Las dos formas más comunes de cáncer del esófago se denominan de acuerdo con el tipo de células que se tornan malignas (cancerosas):

  • Carcinoma de células escamosas: cáncer que se forma en células escamosas, que son aquellas que recubren la mucosa esofágica (capa mas interior de la pared del esófago). Este tipo de cáncer se encuentra con mayor frecuencia en la parte superior y mediana del esófago, pero puede presentarse en cualquier sección del esófago. Se denomina también carcinoma epidermoide.
  • Adenocarcinoma: cáncer que comienza en células glandulares de la mucosa esofágica que en realidad no son parte de la mucosa normal del esófago (que esta compuesta por células escamosas como ya vimos). Así, las células glandulares las encontramos en la mucosa esofágica en condiciones patológicas, especialmente en lo que se denomina Esófago de Barret (véase factores de riesgo). Esta condición  suele presentarse en el tercio inferior del esófago, por lo que los canceres derivados de las mismas, tendrán la misma localización.
  • Otros tipos: son mucho menos frecuentes. Algunos de ellos pueden ser Leiomiosarcomas, linfomas, tumores GIST, etc (no se desarrollaran en este resumen).

Factores de Riesgo

Los factores de riesgo son condiciones o circunstancias que de estar presentes pueden favorecer o aumentar la probabilidad de una persona de desarrollar, en este caso, cáncer de esófago. Aun así la presencia de uno o varios de ellos no determina que la persona padecerá la enfermedad así como existen personas que podrán desarrollarla sin tener factores de riesgo (aunque con mucha menor frecuencia, obviamente).
Entre los factores de riesgo tenemos los siguientes:

  • Consumo de tabaco: el consumo de tabaco, independientemente de cómo se consuma (cigarrillos, puros, pipa, tabaco de mascar…) incrementa dos, cuatro veces el riesgo de padecer cáncer de esófago. Este riesgo aumenta cuando se incrementa la cantidad de tabaco y el tiempo que fuma la persona.
  • Consumo alto de alcohol: el consumo de bebidas alcohólicas, en grandes cantidades y durante periodos largos, es un factor que aumenta la probabilidad de padecer este cáncer. Esto se potencia si se combina con el tabaquismo.
  • Edad avanzada: a mayor edad, mayor riesgo de padecer esta enfermedad, tanto en hombres como en mujeres.
  • Sexo: Los hombres lo desarrollan con una frecuencia tres veces superior que las mujeres.
  • Raza: las personas afroamericanas o de raza negra, poseen un riesgo tres veces mayor que las de raza blanca.
  • Ingestión de ácidos y álcalis fuertes: Diferentes productos que puedan contener estas sustancias (por ejemplo lavandina o lejía), podrán lesionar el esófago y dejar cicatrices en el, sobre las que podrá desarrollarse un cáncer de esófago. En estos casos pueden trascurrir años (hasta 40 ) hasta que la enfermedad se produzca.
  • Dietas inadecuadas: existen suficientes evidencias que sugieren que dietas pobres en frutas y verduras incrementan el riesgo de desarrollar cáncer de esófago.
  • Bebidas calientes: El riesgo en estos casos es semejante al de ácidos y álcalis y tiene que ver con posibles lesiones que el calor produzca sobre el esófago. Sobre estas podría desarrollarse la enfermedad.
  • Esófago de Barrett: Es una alteración de la mucosa que recubre la parte inferior del esófago, por la cual esta pasa de ser escamosa a cilindrica (glandular), igual a la que posee el estomago. Esto se produce a consecuencia del pasaje de acido estomacal hacia el esófago (reflujo gastroesofagico). El reflujo ocurre cuando el esfínter esofágico inferior (véase área anatómica) no funciona adecuadamente. Así, el esófago, para protegerse de los ácidos gástricos, modifica el tipo de célula que forma su mucosa, cambiándola por una igual a la que posee el estómago. A este cambio del tipo de célula se denomina metaplasia. Con el tiempo, esta área de mucosa anómala se puede alterar y convertirse en una lesión precancerosa (displasia), para posteriormente desarrollarse sobre ella un cáncer.
  • Acalasia: Es un trastorno en los movimientos (ondas peristálticas) que realiza el esófago, los cuales tienen la función de transportar la comida desde la boca hacia el estomago. Se ha observado que un 6% de los enfermos de acalasia desarrollan una lesión maligna en el esófago, aunque no se conoce cual es el mecanismo por el que se incrementa dicho riesgo.
  • Membranas esofágicas o síndrome de Plummer-Vinson: son membranas finas que se desarrollan en el interior del esófago y dificultan el proceso de tragar (deglución). Se presentan en personas con anemia intensa por falta de hierro y que no reciben tratamiento. Las membranas desaparecen una vez solucionada la anemia. Aproximadamente, una de cada 10 personas con esta enfermedad padecerá cáncer de esófago (aunque se desconoce el mecanismo por el que se desarrolla el tumor maligno).

 Se debe destacar que las ultimas tres condiciones mencionadas (esófago de Barret, acalasia y membranas esofágicas) son trastornos benignos en si mismos, que pueden aumentar el riesgo en algunas personas, pero  que no indican que la persona contraerá cáncer si o si.   
Generalmente, el tratamiento de estas enfermedades o el seguimiento frecuente y regular del paciente, evita la aparición del cáncer o permite el diagnóstico temprano del mismo.

Clínica (síntomas y signos)

Estos y otros síntomas pueden ser ocasionados por el cáncer del esófago (pero también por otras afecciones). Para determinar el origen de las mismas, se deberá consultar al medico.
En fases precoces de la enfermedad, el cáncer de esófago, no produce ningún tipo de síntomas, por lo que el diagnóstico, en este momento, es generalmente accidental, es decir se diagnostica por pruebas que se realizan para descubrir otros problemas de salud.

  • Dolor o dificultad al tragar: se denomina disfagia y es progresiva, lo que significa que se presentara primero con la ingesta de sólidos y luego con la de líquidos.
  • Pérdida de peso: un porcentaje importante de enfermos con cáncer de esófago pierden peso. Generalmente, debido a la imposibilidad de alimentarse adecuadamente, además de producirse una pérdida de apetito y cambios en el metabolismo.
  • Dolor detrás del esternón: se relaciona con tumores de gran tamaño. Su aparición es tardía en la evolución de la enfermedad. Puede presentarse también como dolor mientras se traga.
  • Ronquera, hipo y tos.
  • Indigestión y acidez estomacal.

Diagnostico

Debido a que la sospecha de esta enfermedad solo se da ante los síntomas, el diagnostico suele hacerse cuando la misma ya esta en una fase avanzada. Una excepción son aquellos en los que se detecta el tumor en etapas tempranas pero debido a estudios que se realiza el paciente por otro motivo.
Sin embargo, en ciertas circunstancias puede intentarse detectarlo o evitarlo tempranamente, vigilando ciertas condiciones que favorecen su desarrollo, como el esófago de Barret o la enfermedad de reflujo gastroesofagico (que puede generar un esófago de Barret). Aquellas personas diagnosticadas con este tipo de lesiones se pueden beneficiar de la realización de exámenes endoscópicos periódicos (observación del tubo digestivo mediante un tubo flexible, llamado endoscopio) con toma de biopsia (cuando se detecten áreas de aspecto sospechoso) y así tener la posibilidad de detectar cambios precancerosos (displasias) y tratarlos, evitando el desarrollo del cáncer.
Estos casos sin embargo, representan un grupo de pacientes. Los demás, llegaran al diagnostico en etapas tardías
Los estudios para diagnosticar el cáncer de esófago, luego de una historia clínica completa, son:

  1. Radiografía con contraste (bario): es una radiografía de tórax que se realiza con la ingesta de contraste (bario) para que este ponga de manifiesto el esófago que no es visible en las radiografías habituales. Permite apreciar si existe alguna lesión irregular en la pared del esófago que haga sospechar la existencia de un cáncer.
  2. Endoscopia: con ella se puede observar directamente la mucosa del esófago y valorar la existencia o no de lesiones. A la endoscopia del esófago se le denomina esófagoscopia. Además permite la toma de muestras (biopsias) de las áreas que se quieran estudiar.
  3. Biopsia: pequeña muestra de tejido de una zona esofágica sospechosa. Esta pequeña cantidad de tejido deberá ser estudiada por un anatomopatólogo  para poder llegar a un diagnóstico de certeza, bien de la existencia de un cáncer como de otra lesión.

Estadificacion

Una vez que se llega al diagnostico de cáncer de esófago, se deben realizar estudios para determinar si se ha extendido a otros órganos y a cuales de ellos.  Esto se llama estatificar y es importante ya que determina el tratamiento a realizar y las posibilidades de sobrevida y/o curacion del paciente. Para ello, el médico solicitará una serie de pruebas para realizar dicho estudio:

  • Tomografía Computarizada (TAC): resulta muy útil para conocer la ubicación exacta y la extensión local (en el área donde se origino) del tumor, la afectación de órganos vecinos y la infiltración o no de los ganglios linfáticos. Además, el escáner permite conocer la extensión a órganos más alejados como pueden ser el pulmón o el hígado.
  • Ecografía transesofágica: Permite conocer la extensión en profundidad del tumor y la afectación de otras estructuras vecinas (tanto órganos como ganglios). Para poder realizarla se emplea un endoscopio (mismo instrumento que se usa en la endoscopia) al que se acopla el ecógrafo.
  • Broncoscopía: procedimiento para observar el interior de la tráquea y las vías respiratorias mayores del pulmón para determinar si hay áreas anormales. Se pueden tomar muestras de tejidos para una biopsia.
  • Radiografía de tórax: radiografía de los órganos y huesos del interior del tórax.
  • Laringoscopia: procedimiento mediante el cual el médico examina la laringe con un espejo o un laringoscopio.
  • Toracoscopía: procedimiento quirúrgico para observar si hay áreas anormales en los órganos internos del pecho. También se puede extraer tejido o muestras de ganglios linfáticos y observarlos bajo un microscopio para verificar si hay signos de cáncer. En algunos casos, se puede utilizar este procedimiento para extirpar parte del esófago o el pulmón.
  • Laparoscopia: procedimiento quirúrgico para observar los órganos del interior del abdomen y determinar si hay signos de enfermedad. Se pueden realizar procedimientos tales como la extirpación de órganos o la toma de muestras de tejido para observar bajo un microscopio y verificar si hay signos de enfermedad.
  • Gammagrafía con TEP (gammagrafía con tomografía por emisión de positrones): procedimiento para encontrar células de tumores malignos en el cuerpo. El uso de la gammagrafía con TEP en la estadificación del cáncer del esófago está bajo estudio en ensayos clínicos.

Los estadios del cáncer de esófago son:

Estadio 0: es la fase más temprana del cáncer de esófago. Las células tumorales se encuentran situadas en la parte más superficial de la mucosa del esofago y en ningún caso la traspasan. No afecta a ganglios linfáticos.

Estadio I: el tumor afecta a toda la mucosa y puede haber alcanzado la submucosa (zona situada entre la mucosa y la capa muscular del esófago). En esta etapa el cáncer no infiltra los ganglios linfáticos ni ningún otro órgano.

Estadio II: el tumor invade toda la pared del esófago. En algunas ocasiones el tumor puede afectar a los ganglios linfáticos más próximos.

 Estadio III: el cáncer ha atravesado toda la pared del esófago, afecta a los ganglios más cercanos y puede infiltrar estructuras próximas.

Estadio IV: el cáncer se ha diseminado afectando a otros órganos como el pulmón, hígado, huesos o  ganglios linfáticos alejados de la zona del tumor.

Tratamiento:

En el tratamiento del cáncer de esófago se sigue un protocolo, es decir, un conjunto de normas y pautas (plan de tratamiento) que se establecen, basándose en la experiencia científica, para el tratamiento de dicho tumor. Estos protocolos recogen las indicaciones de tratamiento en función de una serie de factores que son  la fase en la que se encuentra la enfermedad y la localización del cáncer (tercio superior, medio o inferior del esófago). Además, se tendrá en cuenta si existen otras enfermedades importantes que puedan dificultar la realización de algún tratamiento específico.
Los tratamientos más frecuentemente empleados en el cáncer de esófago son, fundamentalmente, la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia.

Cirugía
Antes de la intervención, es preciso realizar un estudio denominado estudio preoperatorio que consiste, generalmente, en un análisis de sangre y de coagulación, un electrocardiograma y una radiografía de tórax.
La técnica más frecuente es la extirpación de parte o de la totalidad del esófago. Esta intervención se denomina esofagectomía. Esta consiste en que el cirujano extirpa la zona del esófago en la que se encuentra el tumor con una porción de esófago sano a ambos lados. Posteriormente, se conectan la parte sana del esófago con el estómago para que el paciente pueda tragar. En ocasiones, si la zona que ha extirpado el cirujano es muy amplia y no se puede unir los extremos del esófago y el estómago, se utiliza una zona del colon como prótesis para posibilitar la unión entre ambos.
Para realizar esta intervención existen dos técnicas quirúrgicas:

  • Esofagectomia transtorácica: Las incisiones se realizan en el tórax y en la parte superior del abdomen.
  • Esofagectomia transhiatal: Cuando las incisiones se efectúan en la base de la garganta y en la parte alta del abdomen.

Quimioterapia
Su objetivo es destruir, empleando una gran variedad de fármacos, las células que componen el tumor con el fin de lograr la reducción o desaparición de la enfermedad.
En el cáncer de esófago cuando el tumor no se puede operar, la quimioterapia se aplica generalmente asociada a la radioterapia para potenciar el efecto de esta última sobre el tumor y lograr así su desaparición.
En ocasiones puede administrarse antes de la cirugía para disminuir el tamaño del tumor y facilitar así su extracción.
Si el tumor está diseminado, se utiliza como tratamiento único y su objetivo, fundamental, es disminuir los síntomas derivados del tumor y mejorar la calidad de vida del paciente (terapia paliativa).

Efectos secundarios
Son derivados de la afectación sobre ciertos tejidos sanos del organismo que se caracterizan por crecer rápidamente (en condiciones normales) y por esto son comprometidos por los fármacos que atacan al cáncer, que también posee células que crecen rápidamente (solo que en estos casos esto no es normal).
Estos tejidos afectados pueden ser del tubo digestivo, de los folículos pilosos (lugar de nacimiento del pelo), de la médula ósea (donde se forman las células de la sangre). La destrucción de los mismas desencadena los efectos secundarios más frecuentes.

  • Náuseas y vómitos
  • Diarrea
  • Alteraciones en la percepción del sabor de los alimentos: generalmente, se percibe una disminución en el sabor de determinadas comidas o un gusto metálico o amargo de las mismas sobre todo con alimentos ricos en proteínas, como la carne y pescado.
  • Alteraciones en la mucosa de la boca: consiste en una inflamación de la misma acompañada de llagas o úlceras dolorosas, que en ocasiones pueden sangrar.
  • Alteraciones de la médula ósea: se caracteriza por:
    1. disminución de los glóbulos rojos: produce anemia, que se manifiesta por debilidad cansancio, sensación de falta de aire, palpitaciones, mareos y palidez de piel y mucosas.
    2. disminución de los glóbulos blancos: que aumenta la posibilidad de contraer infecciones.
    3. disminución de las plaquetas: aumenta la tendencia o facilidad para sangrar.
  • Caída de cabello: generalmente estos efectos son temporales y desaparecen una vez finalizado el tratamiento con quimioterapia.

Radioterapia
La radioterapia es el empleo de radiaciones (ionizantes) para el tratamiento local de determinados tumores. Su objetivo es destruir las células tumorales causando el menor daño posible a los tejidos sanos que rodean dicho tumor.
En la mayoría de los tumores de esófago, la radioterapia que se aplica es externa. Para ello se emplean máquinas de gran tamaño (aceleradores lineales) que, en ningún momento contactan con el enfermo. En ocasiones, la radioterapia puede ser interna. En estos casos se coloca un material radiactivo en forma de dispositivo metálico en contacto con el tumor, dentro del paciente.
La radioterapia se puede emplear como tratamiento único o en combinación. Se puede administrar antes de la cirugía para disminuir su tamaño y facilitarla, o después de la misma, para "limpiar" la zona de la cirugía de las posibles células tumorales que hayan podido quedar.
Asimismo, se puede administrar con la quimioterapia para potenciar sus efectos (quimioirradiación).

Efectos secundarios
La radioterapia puede afectar a los tejidos sanos cercanos al área de tratamiento y, como consecuencia, aparecen efectos secundarios, en esa área cercana a donde se aplico este tratamiento. Los posibles efectos secundarios son:

  • Cansancio (astenia): Esta sensación es temporal y desaparece algún tiempo después de finalizar la radioterapia.
  • Reacciones en la piel: en la piel del área tratada se pueden producir alteraciones muy similares a una quemadura solar como enrojecimiento, descamación, aumento de la coloración (híperpigmentación). Esto desaparecerá cierto tiempo después de terminar la terapia.
  • Caída del pelo: se presentara en el área que esta siendo tratada. En este caso, corresponderá al pecho
  • Esofagitis: consiste en la inflamación de la mucosa del esófago, provocando lesiones como aftas, erosiones, ulceraciones que generan dolor “detrás del esternón” (retroesternal) y dolor al tragar. Es frecuente, igualmente, la infección (por hongos) de esta zona.

Otros tratamientos
Están representados por la Terapia láser y la Electrocoagulación. La primera utiliza un haz de rayo láser para destruir las células cancerosas y el segundo, utiliza una corriente eléctrica para eliminar las células del tumor. Son de uso menos frecuente y de indicación y elección del especialista según el caso.

 Cáncer de esófago recidivante
El cáncer recidivante del esófago es cáncer que reaparece después de terminar el tratamiento. Esa reaparición puede darse en el esófago o en otras partes del cuerpo, donde puedan haber quedado células cancerosas a partir de una metástasis y que no fueron eliminadas por el tratamiento.
El tratamiento del cáncer del esófago recidivante puede incluir la utilización de cualquier tratamiento estándar (véase antes), como terapia paliativa para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida. También puede plantearse al paciente el ingreso a un ensayo clínico, para que participe en la prueba de nuevos tratamientos de la enfermedad.

Pronostico
En general, el pronóstico de los enfermos con cáncer de esófago es bastante negativo, ya que, de todos los enfermos diagnosticados de cáncer de esófago, la supervivencia a cinco años no alcanza el 10 por ciento, y de los enfermos a los que se les consigue extirpar el esófago, la supervivencia esperable es del 20-30 por ciento. Esto es debido a las etapas tardias en las que se efectúa el diagnostico.